Supongo que la primera reacción al ver el título es preguntarse ¿Cómo va a ser caro algo que es gratis? Para explicarlo me viene a la cabeza Migala poniéndole música a una obra de Julio Cortázar “Cuando te regalan un reloj, te regalan la obligación de darle cuerda, te regalan el miedo a perderlo… No te regalan un reloj, tú eres el regalado”.
Y así es. Volviendo a la prosa, hay cosas que no tienen un coste directo por utilizarlas, pero que hacerlo obliga a realizar ciertos procesos que si que llevan gastos asociados; y utilizar el e-mail para intercambiar documentos con tus clientes es una de ellas.
El intercambio de documentos con los clientes
Los clientes mandan a la asesoría los documentos para contabilizar: Facturas, tickets o extractos del banco, que entregaban en papel, ordenados en carpetas, o no tan ordenados en bolsas de El Corte Inglés, o envueltos en el papel de la pescadería con aromas exóticos… En esto hay anécdotas como para escribir un libro.
Pero como las viejas, aunque no necesariamente buenas, costumbres se van perdiendo, cada vez hay más clientes que envían PDF en lugar de papel utilizando el e-mail, Dropbox o alguno de sus clones, e incluso herramientas específicas para asesorías como los Portales Asesor estándar que ofrecen los fabricantes (A3 Software, Sage, NCS, etc…) o los hechos a medida por asesorías con desarrollo propio usando servidores FTP.
Y bien, si de lo que hablamos es de intercambiar documentos entre asesor y cliente, todas estas herramientas cumplen su cometido y, si lo comparamos con enviar papel, desde luego que son tremendamente eficaces. Entonces, ¿por qué sale caro utilizar el e-mail?
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